Cuando mi alma vuele y deje mi cuerpo,
el día se convierta en noche y la eternidad sea alcanzada; la soledad desista
en ser mi compañera de vida terrenal y se convierta en la paz del espíritu.
Los espacios se llenen únicamente
de sentimientos, el verso se vuelva libre y aflore sin retraerse.
Solo entonces la felicidad será
completa, la tristeza se convertirá en alegría, la envidia en pasión.
Y el amor en existencia
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