viernes, 17 de abril de 2015

Reloj de Arena



Al reloj de arena no le dio la vuelta, simplemente le puso la mano encima y la arena empezó a subir.
No dejó el reloj hasta que el tiempo recorrió su amargo camino en dirección opuesta al ya recorrido.
El mundo por un momento se paralizó y lentamente su sentido de giro cambió de izquierda a derecha.
Los sucesos acaecidos se deshicieron a la misma velocidad con la que habían ocurrido.
La sangre volvía a su cuerpo, el cuchillo salía de su garganta, y los ojos se abrían de nuevo.
El canalla se retiraba lentamente, como había llegado.
Justo en ese momento levantó la mano del reloj, sacó su pistola reglamentaria y apuntó certeramente entre sus ojos.
Juzgado y condenado por el intento de asesinato de su ex mujer.
Solo el poder del reloj de arena había conseguido salvar una vida.


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