El que por simiente utiliza besos no puede recoger desprecios. Su mies siempre será rica y dulce. Llenará los graneros de abrazos y alegrías. Pondrá en las manos del panadero la mejor masa de su vida. Y los mimbres de sus pajas formarán los mejores muebles de su casa.
Si esparce esa simiente por doquier no habrá
hiervas malas que la cubran y la quemen. Su fuerza vital es tan poderosa que
aun con la lluvias de las lágrimas tristes brotaran con más fuerza si cabe.
Cambiando por luz todas las tinieblas.
Probablemente quien esparce odio coseche desprecio
o aun peor indiferencia y olvido. El que siembra pinchos recibirá miles de
espinos. Y aun sembrando ladrillos no cosechará otra cosa que los mismos
ladrillos, pero más viejos.
Busca tu mejor simiente dentro de ti, seguro que
la encuentras pensando con el corazón, y no con el odio.
A Brenda
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