Conforme vamos creciendo descubrimos que hemos llegado a defender nuestras propias mentiras cómo verdades, por las que tú mismo te has engañado.
Viviste de mayor con cosas de niños. Tonterías que
hiciste cruzadas de tu vida. Y sufriste por
defenderlas cuando la guerra ya no era la tuya. Te hacías mayor con vidas de
niño. Y te asustaba serlo. Los compromisos te los dejabas atrás. Sin ver que tu
presente ya no era tu pasado.
Tu camino era nuevo cada día. Y los pasos no volvían,
todos eran nuevos y la duda de ponerlos te hacían dudar. Pero si dudabas de
todo!! Así es la vida. Compromiso con ella. Siente empatía contigo. Y asume tus
errores.
Los decisos son valientes. No se culpan por sus
errores. Los asumen dentro de su batalla diaria. No se duermen en su niñez.
Velan el día siguiente como un nuevo reto. Dejan atrás sus errores. Y no
consienten que ellos marquen el nuevo día. No consienten que se repitan.
Aprenden de ellos. Y avanzan por su camino pensando que sus pasos sean cada vez
más firmes y que el error de hoy es una victoria de mañana.
La duda de ayer no es otra cosa que un camino que
hoy no anduviste. Solo eso. La costumbre
del día a día no deja arriesgar a lo nuevo y nos estanca en una vida que no
avanza.
A veces hay que arriesgar en ver lo nuevo por si
puede llegar a gustarnos.
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