¿Sabéis lo que os digo? Que le voy a contestar, sin más. Y
mirar que pasa. Tanto pudor, tanta estrategia, tanto hacerse valer para que
pasen los días y en mi cuerpo se vayan clavando cómo desfiladeros las marcas de
las ambiciones, de las necesidades de vida. Los hombres están ahí. Unos quieren
y otros desean. Y entre unos y otros hay que decidir. Vosotras me recrimináis
por mi ligereza, por mi falta de ambición. Y así os va. Mas solas que la una.
Pues le voy a contestar. Qué más da mi inteligencia, mi
conocimiento, mis sentimientos más íntimos de mujer, mis alocadas salidas de
tono. Y si me dice que salte, saltaré y muy alto.
En medio del probador me llama y con la falda en los tobillos
y el tanga enganchado, sin la blusa, me siento en el estrecho taburete y nos
dedicamos a contarnos nuestras historias. Más de media hora de conversación. Y
vosotras, arpías, buitres de la moda, solo buscáis más ropa que probarnos.
¿Pues sabéis? La conversación preciosa, de las que te visten
más por dentro que por fuera.
Dejarme que mi inteligencia se dulcifique, que mi dignidad se
quede donde yo quiero y no vosotras.
La siguiente será la mía. Y le llame el domingo, justo a la
hora que jugaba su atlético del alma. La conversación duró las dos horas del
partido.
La próxima ni habría móviles.
Habría labios por medio. Y quizá
para siempre
esas conversaciones que te visten más por dentro que por fuera...esas son las mejores. Muy bueno, Asensio.
ResponderEliminarEn honor al día del beso. Muchas gracias Carmen
EliminarQué belleza, qué imaginación, querido amigo Txentxo, y qué sentimientos de esos a flor de piel, que la ponen de gallina... Enhorabuena. ¡Me encantan estas locuras! Un muy fuerte abrazo.
ResponderEliminarY pensé cambiar el nombre del equipo por otro, pero...Un abrazo Patxi
EliminarAsí está mejor, fue lo que te salió del alma... Yo no me corto cuando he de nombrar al mío, como ya has tenido la ocasión de ver...
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