-Hola, que haces?
-Nada, viendo un partido
-Pues siéntate
Nunca se está preparado para
recibir esta primera noticia. Cuando la recibes, toda tu cabeza se arrebuja de
sentimientos, nos sabes valorar adecuadamente las sensaciones, no entiendes de
prioridades. Solo saber si ese acontecimiento es deseado.
Con el sí es suficiente para
explotar tu alegría. Entonces piensas que es Ley de vida. Es el primero, que
todo se dé bien, que ellos estén felices, que empiece a cuidarse, si cabe, un
poco más. Más responsabilidad, pero conociéndola, va sobrada.
Y sin manual. Pero tiene todo el
apoyo y ayuda de los suyos. Probablemente nos peguemos por ayudar más y mejor.
Y la experiencia ya la irá adquiriendo.
Vendrán, a su tiempo, las manías,
los colores, los sabores, el sexo, vendrá bien? Los nombres, la ropa, la
habitación,
Decírselo a los suyos, a la
familia, los amigos, los conocidos. Toda su vida va girar a su alrededor. No
habrá más que esa vida dentro. Será su centro, el ombligo del mundo. La razón
de vivir, la ilusión por sentirlo, por verle, por abrazarle, de comérselo
literalmente.
Vendrán días de vigilia larga, de
cansancio extremo, de sufrimiento innecesario, de preocupaciones ilógicas. De
aprender lo que es una nueva vida. Su vida. La que ella ha querido que sea.
La felicidad llenará sus vidas.
Alegrará sus tristezas, salvará los momentos más difíciles. Pondrá su lógica a
su existencia.
La llegada de una nueva VIDA, con mayúsculas, que has descrito con clase, cariño y el conocimiento que dan las canas que, más o menos, peinamos. Precioso, querido amigo Txentxo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminar