Y ahora va y se muere.
Nos dejo la nostalgia dentro del cuerpo. Ni si quiera esperó un momento a ver
la muerte como es de verdad.
Dura. Muy dura, pero
real. Dejó su oscura tristeza. La ausencia de su ser.
La muerte siempre es
para los vivos. Los muertos no tienen sensación. De nada. Están muertos.
Siempre se habla de ella con los demás vivos.
Sin saber realmente lo que es.
Es toda imaginación.
Especulación en muchos casos. Y en realidad creamos una muerte especial, en
cada caso, que nos convenga y nos convenza de lo que hay después. Nada podrá
decirnos lo que es. Ni nadie nos dirá lo que hay.
Solo los que tienen
miedo en su vida temen a la muerte. Aunque generalizar siempre es equivocarse.
Las excepciones vendrán por defecto o por exceso. Pero la muerte es tan real
como la vida.
Yo pienso en la vida. Nunca
pensé en la muerte como algo negativo. Es mas. La conozco. La disfruto. La vivo
con la mayor pasión posible. Y en muchos casos, muy egoístamente. Para lo que
dura. Muchas veces son los demás quienes te la arruinan, te la cambian, hacen
de tu vida la suya. No te dejan vivirla. Por eso me vuelvo egoísta. No quiero
otra vida que la que elijo, me marco, diseño y vivo. Quiero en cada momento lo
mejor que voy a sacar de élla. Siempre encuentras algo o alguien que te la
fastidia. Solo quiero vivirla intensamente.
Se lo que hay después.
Ya viví en el otro lado. Ya lo conté. Y me gusta. Me gustó. No hay nada malo,
nada con lo que no se pueda seguir "viviendo".
Pero más me gusta la
vida. La mía, la nuestra, la vuestra, la de todos.
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