Nos han creado duros, de piedra, hechos a la
dureza de la vida. Nos hacen líderes del mundo. Somos los hombres. Los machos
del reino animal. No hay concesiones a la fragilidad, al sentimentalismo, a la
flojera de espíritu.
Todo eso es de la hembra, de la mujer, de la madre
o de la hermana. A ellas les está permitido ser débiles, frágiles, tener los
sentimientos en su garganta y que afloren sin medida. Que se les note que
sienten y padecen. Mujeres tenían que ser.
Los hombres con cara de palo, agria la mirada. Cejo
estreñido. No sienten. No lloran. No se les permite. Y si no lo conseguimos por
nosotros mismos ya se encargan las mujeres, los amigos, los asesores. Y hasta
los enemigos de recordárnoslo.
La historia aun nos marca más. "Llora como
mujer lo que no supiste defender como hombre."
Como vamos a ser iguales?
Solo las mujeres tienen ese derecho de llorar. De
ser débiles. De aflorar los sentimientos.
Pues yo me rebelo, yo si quiero sentir como mujer,
ser débil, ser sentimental, que afloren mus debilidades a la cara. Que los demás
las vean. Y que mis lágrimas se paseen por mis mejillas y de quien me consuele.
Que no sea solo. Que seamos muchos. Que nos
hagamos humanos.
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