Tengo ganas que llegue el frío. Que termine el
verano. Que los días se acorten y la vida se haga lenta. Que espese mis ideas,
que mis pensamientos no vayan tan deprisa.
Tengo necesidad de frío. Que congele mi corazón y
que lo frene de calores. Tengo que reflexionar sobre todo lo ocurrido este
verano. El calor revolucionó la vida y alteró mi tranquilidad y sosiego de la
primavera. Los cambios bruscos de sentimientos producen alteraciones con
cicatrices que son necesarias restañar.
Han volado besos y caricias y han llegado nuevas
ilusiones que tendrán que dejar su nuevo poso. No somos anaqueles de cambios de
libros con nuevas historias. Somos harina que cuecen panes olorosos. Frío que
de noche te encoge tu cuerpo para sentir tu corazón latir más cerca. Necesito
el frío en mi alma caliente. Y que la fina lluvia del otoño cree su cortina al
mundo y me tape de lo que no quiero ver. Mirar dentro de mí y descubrir quién
vuelvo a ser.
Solo la pasión es consciente de la belleza pura.
Necesito volver a nacer
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