Su
vida era un remiendo entero, una serie de costuras deshilachadas, se le
escapaba en cada juerga; cada noche, un
jirón nuevo y los hilos de su savia colgando de los sietes de su pellejo.
Había
perdido casi todo. Pero aún le quedaba su traje, su piel, su cabeza...
Mañana
cosería su vida.
Relato premiado en el libro "Erase un
Microcuento II"
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