Decía un silogismo de mi niñez
que todo lo que tiene principio y fin, existe.
Y creo que es verdad, porque tomo
un huevo, lo casco, lo frio y me lo como y existió.
Veo unos ojos, me enamoro, me desamoro,
y existió.
Planto una semilla de trigo, la
riego, le da el sol, se angosta, la hago harina, y el pan que sale lo comemos y
existió.
Pero no sé si yo existo, nacer
nací, vivir vivo, regar estoy regado. Y el sol y el agua me dan en la cara.
Pero existo? Esta primera premisa está diseñada desde la existencia exterior.
De la visión al otro, de la observación a lo que te rodea. Y es cierto desde
ese punto de vista.
Y si no muero? No tengo fin? No
existo entonces?
Y si un día se acaba el mundo?
Deja de existir?
Estaremos allí para comprobarlo…
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