La
sombra del árbol era lo único que le dejaba ver en aquel nuevo trozo de
vegetal. Escribiendo las hazañas del gran faraón, Escriba de las guerras que su
señor ganaba contra esos pueblos bárbaros que sin cultura intentaban adueñarse
de las migajas de sus tierras. Y él, el gran faraón, ni podía consentir ningún
tipo de injerencia en sus dominios, cada día más grandes y prósperos, donde el
saber, el conocimiento se engrandecían a pasos agigantados, tantos como los
pueblos que conquistaba. Se afanaba en describir con aquel nuevo sistema que
era el papiro. Se acabó el esculpir la piedra para dejar constancia de los
hechos grandiosos. La naturaleza ahora brindaba una nueva forma de contar las
aventuras, peripecias y odiseas. Este escriba dejó el cincel y la piedra para
utilizar al ganso y la jibia para trasmitir la historia.
Elegante manera de describir ese salto evolutivo dentro de la escritura, aunque la avaricia y las ansias de poder de los humanos que refleja se hayan mantenido invariables con el paso del tiempo. Enhorabuena, querido amigo Txentxo. Un muy fuerte abrazo.
ResponderEliminarComo siempre un placer tu crítica siempre acertada. Un abrazo Patxi.
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