El
sueño era agitado, casi tenebroso, daba vueltas sin cesar. El sudor frío le
recorría la nuca. Por fin despertó asustado, recordaba el sueño. Se había
dejado las tumbas cerradas y eso le podía traer consecuencias irreparables.
Salió rápidamente a la ventana. Abrió el balcón y observó el cementerio. Todas
las tumbas estaban abiertas. Respiró hondo y se tranquilizó. Los miró a todos y
los muertos vivientes siguieron su trabajo de noche
Probablemente, las locuras "COLURAS" de las cosas, estén en mi cabeza, por eso tengo que sacarlas y compartirlas contigo
sábado, 16 de agosto de 2014
Mochila
Mochila que nos enseñan los Coach,
cargadas de nuestras rémoras. Que pesan nuestras vidas. Que lastran nuestras
ilusiones.
Les metemos piedras de desánimo,
miedos incomprensibles, torturas de nuestra mente, desequilibrios de nuestro
corazón.
Puñaditos de disgustos, insignificantes
riñas, pequeños desvaríos, grandes
mentiras, porción de rutinas inservibles, desilusiones de anhelos.
Cositas, elementos, rarezas, locuras,
pasiones, manías, que solo nos pegan a un terreno granítico que inmoviliza
nuestra vida.
Hacerle agujeros a nuestra
mochila es la mejor forma que pese menos que vacía. Fluyen por esos boquetes
todas las piedras, grandes, pequeñas y hasta la fina arena que no dejan caminar
por nuestra existencia. Unas veces lenta y otras rápida. Pero nuestra historia
es la que estamos creando.
Y si hiciera falta dejemos la
mochila en el suelo y vivamos más ligeramente.
Terror
Cómo todos sábados se quedaba
solo en casa, sus padres salían a cenar con sus amigos. Aquella casa larga y
angosta. Su habitación la última. La película de la tele terminó. Y entonces se
dió cuenta que todas las luces estaban apagadas. Un miedo atroz se apoderó de él.
Tenía que cruzar aquel pasillo a oscuras. El interruptor estaba al final. A
cada paso escuchaba cómo crujían los muebles, las viejas persianas se agitaban.
Su respiración se agitaba. El ladrillo hueco flaqueaba a su paso. Llegó a su
cama, no encendió la luz. Se acostó. Y entonces comprendió que no estaba solo.
El ya estaba allí.
martes, 12 de agosto de 2014
Haiku
Donde
quiero ser
Piedra en
el camino
Solo
invierno.
Con baúl
cerrado
Anidé mi
ilusión
Perdí la
presa
Con tu
mirada
Entraste
en mi vida
Rota el
alma
Ya no me
cantas
No
escribes poemas
Fuiste el
dolor
Dijo la
noche
Esparce
tu simiente
Corre la
vida
Todo
silencio
El amo y
el siervo
Cipreses
verdes.
Tu voz me
nubla
Aguarda
mi corazón
Comas mi
savia
Nunca
Nunca el agua fría es
suficientemente fría en verano, ni la caliente muy caliente en invierno.
Nunca es demasiado el amor por un
hijo. Ni nunca recibes tanto amor de tus hijos.
Nunca nieva a gusto de la
marmota, por eso duerme tanto.
Nunca el viento mueve todo el
desierto. Nunca subes tan alto, ni bajas más abajo.
Nunca el colibrí deja aletear
para libar, ni la ballena de respirar para vivir.
Nunca pierdas la cara al miedo,
quizá no necesites valor la siguiente vez.
Nunca dejes de dar la cara,
siempre veras por donde vienen.
Nunca dejes las cosas a medias,
luego o es tarde o cuesta el doble.
Nunca olvides un beso, es lo
único que harás en tu memoria.
Nunca dejes de intentar ser feliz
o serás un muerto en vida.
Nunca aprietes la tuerca demás,
ni dejes un clavo a medias.
Nunca veas las cosas deformes, es
solo otras formas de ser. Las arrugas son experiencia y alegría.
Nunca dejes de buscar, la
curiosidad puede llevarte a encontrar lo mejor.
Nunca dejes de quererte, de admirarte,
eres la cosa más bella creada. Nunca dejes de buscar lo mejor de ti. No morirás
lentamente.
Nunca esperes, ve tu a por ello.
Nunca te subas a la parra, luego hay que bajarse.
Nunca dejes de asombrarte, solo
espera a que pase para aprender.
Nunca dejes todos tus sueños en
el recuerdo, recuerda que muchos puedes hacerlos realidad.
Nunca sabremos si habrá un buenos
días. Pero seguro que ahora puede ser el mejor momento.
Nunca dejes de mirar de frente,
es posible que consigas lo que quieres.
Nunca cedas, la constancia te
hace diferente. No dejes de aprender te hará más seguro.
Nunca te juntes con los
problemas, júntate con las soluciones. Nadie es mejor que tu, como máximo
igual.
Nunca hay siete lunes en la
semana, ni doce diciembres en el año. Nunca olvides que el día es la mitad de
tu vida, aprovecha la noche.
Nunca olvides que el esfuerzo
deja huella duradera. Y lo cómodo ni deja.
Nunca dejes de cumplir por el día tu palabra
empeñada por la noche.
Nunca dejes de intentarlo, será
posible siempre. No podrás levantar cien kilos, pero serás capaz de mover el
mundo.
Nunca olvides los consejos, pero
sigue tu criterio. Nunca el tiempo olvidará pero te hará comprender.
Nunca tropieces tres veces,
porque las dos primeras te enseñaron a mirar, no sólo a ver.
La vida es tan corta que
despertar de un sueño de amor ya es empezar a morir.
lunes, 11 de agosto de 2014
Roto
No hemos roto nada que no podamos arreglar,
no hemos torcido nada que no se pueda enderezar.
Tus miradas de asombro no pueden perdurar,
ni tu desconsuelo que se vuelva en más tormento.
No hemos roto nada que no podamos arreglar.
¿Dónde nos hemos llevado que no queríamos estar?
Un parón corto y preciso que nos haga reflexionar.
Olvidarnos de disgustos y riñas y volver a las
risas
y encantos que tanto nos hicieron estar.
No hemos roto nada que no podamos arreglar.
Pasos juntos tenemos que dar.
La vida a medias es más fácil de llevar.
Fuera desvaríos, fuera dislates,
aquí la cordura, aquí la constancia.
No hemos roto nada que no podamos arreglar.
Entra la alegría y vuelve la cordura.
Lógica que nos ayude a embellecer nuestra amistad.
Años que llevamos décadas serán.
No hemos roto nada que no podamos arreglar.
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